Johnny Got His Gun es una crudísima novela antibelicista publicada en 1939 por Dalton Trumbo. Ganó uno de los primeros National Book Awards, al libro más original de 1939.
Dalton Trumbo también escribió el guion y dirigió en 1971 la película homónima.
El título es un juego de palabras con la frase "Johnny get your gun" (Johnny coge tu fusil), una llamada masiva que se utilizaba comúnmente para alentar a los jóvenes estadounidenses a alistarse al ejército en los últimos años del siglo XIX y los primeros años del XX.
Muchos de los recuerdos de la infancia del protagonista están basados en la vida de Dalton Trumbo en el estado de Colorado y en Los Ángeles (California). La novela está inspirada en un artículo que Trumbo leyó acerca de la visita del Príncipe de Gales a un hospital para veteranos canadienses de la Primera Guerra Mundial para ver a un soldado que había perdido todos sus sentidos y sus extremidades. Fue publicada dos días después de la declaración de guerra en Europa, más de dos años antes de que Estados Unidos se uniera a la Segunda Guerra Mundial.
Fue entregada en una serie en el Daily Worker en marzo de 1940, el libro se convirtió en un "llamamiento del ala izquierda de la política" que se oponía a la intervención en la Segunda Guerra Mundial durante el periodo del pacto entre Hitler y Stalin. Poco después de 1941, con la invasión de Alemania de la Unión Soviética, Trumbo y sus editores decidieron suspender la reimpresión del libro hasta el final de la guerra.
Dalton Trumbo ( 1905-1976 ) |
Argumento
Joe Bonham, un joven soldado que sirve al ejército estadounidense en la Primera Guerra Mundial, se despierta en la cama de un hospital después de haber sido alcanzado por la explosión de un obús. Gradualmente se da cuenta de que ha perdido sus brazos, piernas, y toda su cara (incluyendo sus ojos, oídos, dientes y lengua), quedando completamente inmovilizado y completamente sordo, mudo y ciego, reducido solo a tacto limitado, si bien su cerebro funciona perfectamente; esto lo deja prácticamente prisionero de su propio cuerpo, en un largo monólogo consigo mismo.
Joe intenta suicidarse asfixiándose, pero se da cuenta de que le han hecho una traqueotomía la cual no puede quitarse. Al principio Johnny desea morir, pero después empieza a sostener consigo mismo un largo monólogo. Vaga entre la realidad actual y la fantasía y el recuerdo. Charla de vez en cuando con Jesucristo y recuerda su anterior vida con su familia y su novia, y se ven reflejados los mitos y las crueles realidades de la guerra. Decide que quiere ser puesto en una caja de cristal para ser expuesto por todo el país para mostrar al público la cara verdadera de la guerra. Joe consigue comunicar estos deseos a los militares golpeando la almohada del hospital con su cabeza en código Morse, lo que es notado por su enfermera. Los militares le responden con en ese código y le preguntan qué quiere. El telegrafista se resiste a hacerlo: "¿cómo le voy a preguntar esto a un hombre así?". Pero el Mayor se lo ordena y lo hace, tecleándole en la frente, y le contesta:
" Quiero sentir el aire fresco sobre mi piel. Quiero sentir que hay gente a mi alrededor. No... Resultaría demasiado caro cuidarme al aire libre. No lo harían. Pero puede que haya un medio de que lo pague yo. ¡Sí, sí que lo hay! ¡No tienen más que exhibirme y la gente pagará por verme! ¡Mucha gente! ¡Pónganme en una urna de cristal y sáquenme fuera para que la gente se divierta! ¡Llévenme a las playas y a las ferias! ¡A las fiestas del cuatro de julio y a los circos! ¿Han visto a la mujer de dos cabezas de Tombuctú? ¿Y al hombre con cara de perro que se arrastra como un reptil...? Pero ellos son distintos. Ellos nacieron así, así los hizo Dios. Pero esto que está en una urna ha sido hecho por los hombres. Por usted, por mí y por el vecino de al lado, y eso requiere mucha planificación y cuesta mucho dinero. Que me hagan publicidad como el único trozo de carne del mundo que habla con la nuca, y si eso no atrae al público, digan que soy el último hombre del mundo que se alistó en el ejército creyendo que el ejército hacía hombres. ¡Izad la bandera, muchachos, vuestra bandera, su bandera, cualquier bandera, que la bandera necesita soldados, y el ejército hace hombres...! Quiero salir para que la gente me vea. Que me lleven a una feria donde puedan contemplarme todos. Sáquenme fuera... Si no quieren dejar que la gente me vea, entonces, mátenme, mátenme, mátenme ."
El mayor exclama: "¡Qué esperábamos!". Y decide que le comuniquen que "harán por ahora todo lo posible"; Johnny solo repite "mátenme". El mayor ordena que sea incomunicado, que sean cerradas las ventanas y que se mantenga el secreto. Le dice al sacerdote castrense: "¿No tiene usted nada que decirle, padre?". Niega con la cabeza. "Al menos podría decirle que tuviera fe en Dios, ¿no?". El sacerdote contesta: "Pediré por él durante el resto de mis días. Pero no pondré a prueba su fe con esa estupidez". -"¿Y usted se llama sacerdote?". -"Esto es un producto de su profesión, no de la mía", y se marcha. El mayor ordena que le administren a Johnny un calmante y todos se marchan. Johnny se da cuenta de que se ha quedado solo para el resto de su vida.
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