Oldboy es una película de thriller, drama y neo noir surcoreana dirigida por Pak Chan-uk. Inspirada en el manga homónimo, guion de Garon Tsuchiya y dibujo de Nobuaki Minegishi. Presentada en 2003 como la segunda entrega de la denominada Trilogía de la venganza.
El largometraje se estrenó el 21 de noviembre de 2003 en Corea del Sur. Obtuvo diversos premios internacionales, entre ellos el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2004 y el galardón a la mejor película del Festival de Cine de Sitges.
La película comienza después de una borrachera que termina en la cárcel, el locuaz y charlatán Oh Dae-su es secuestrado. De pronto aparece en una especie de cuarto de hotel sólo con una televisión, en el que le dan de comer comida china a través de una rendija en la puerta y cada noche le gasean con somnífero, con lo que se queda dormido. A veces pregunta, grita y maldice porque no sabe los motivos de su encierro. Sin embargo, a poco más de un año de su secuestro, se entera por la televisión de que es el principal sospechoso del asesinato de su esposa. Según la policía, sus huellas estaban en diversos objetos del lugar del crimen. Además, de no volver a tener noticias de su única hija. Entonces Oh Dae-su decide escribir una especie de diario con el fin de explicarse a quién pudo haberle hecho un daño como para tener que sufrir por ese encierro. Tras quince años de cautiverio, hace esfuerzos supremos para no perder la razón, entrena su cuerpo con peleas contra la pared para cuando tenga oportunidad de la venganza, y comienza a rascar un agujero en uno de los muros. Sin embargo, cuando finalmente logra aflojar un tabique y sentir nuevamente el aire del exterior en su mano, es decir, cuando está a un paso de escapar, es dejado en libertad al día siguiente en la azotea de un edificio.
‘Oldboy‘ es un filme que juega al despiste durante gran parte de su duración. Nunca oscurece sus intenciones ni esconde sus cartas de manera forzada, pero busca que el espectador esté atento a todos los detalles que va proporcionando el director en cada secuencia. No hay grandes diálogos expositivos, el director desea que las imágenes hablen por sí mismas y nos cuenten todo lo que necesitamos saber. Uso de flashbacks, objetos, reacciones de personajes, montaje que entremezcla pasado y presente para introducirnos en la mente de un personaje, y otros muchos recursos utilizados por el cineasta surcoreano para contextualizar los eventos que acontecen en pantalla.
Otro de los aspectos por el que la narrativa visual resulta estimulante es por su uso del diseño de producción y vestuario para perfilar a los personajes y realizar paralelismos u oposiciones. El villano tiene una vida lujosa, viste de forma elegante y vive en el último piso de un alto edificio. Mientras maneja en las alturas sus hilos cual titiritero, Oh Dae-su permanece gran parte del tiempo en el suelo, atravesando sucias calles, edificios mal cuidados y habitaciones polvorientas y mugrientas.
‘Oldboy‘ es, ante todo, una película sobre la venganza. Un relato sobre la obsesión malsana respecto a una situación o persona concretas. Se construye una historia sobre la venganza más visceral, pero ni mucho menos la más obvia. Las motivaciones de los personajes son coherentes y, alcanzado el clímax de la cinta, entendemos los porqués de sus decisiones y consecuencias de estas, aunque estemos más o menos de acuerdo con ellas. La venganza es, quizás, una de las sensaciones más intensas que posee el ser humano.
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