Emmanuel Lubezki Morgenstern ( 1964 ) es un director, productor y fotógrafo mexicano que se dedica al cine. Estudió historia y cinematografía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
En México, recibió el premio Ariel por su trabajo en la película Como agua para chocolate (1992). Los dos años siguientes continuó ganando el Ariel por su trabajo en las películas Miroslava y Ámbar. Le ha sido otorgado el premio Óscar en tres ocasiones, convirtiéndolo en el mexicano con mayor número de reconocimientos de la Academia, por su trabajo como director de fotografía en Gravity, Birdman y El renacido.
Vive en Estados Unidos desde 1995.
La fotografía de Emmanuel Lubezki, es muy interesante y me gustaría destacar dos espectaculares planos secuencia que no podemos dejar de pasar de esta película :
El primero de ellos dura 247 segundos y transcurre en el interior de un coche. Cinco pasajeros tratan de atravesar un bosque mientras son atacados por un grupo de asaltantes. En este plano se intenta capturar las reacciones de todos los viajeros, pero no se quería recurrir a la edición.
Lubezki el director de fotografía, se encontró ante el problema, que le planteaba su director Cuarón, pues mover una cámara dentro de un coche atestado, y hacerlo en un único plano sin cortes, era tarea difícil.
A diez días para rodar la escena, Lubezki hizo todo lo posible para encontrar una solución, y al final lo logro. Con ayuda del camarógrafo Gary Thieltges se diseño un ingenio revolucionario al que se bautizó con el nombre de Doggicam. Este consistía básicamente en una cámara que podían manejar por control remoto desde una plataforma ubicada en la parte superior del coche. En cuanto a los actores, tuvieron que ensayar durante dos días enteros una milimétrica coreografía para esquivar la cámara en el momento en que no eran enfocados.
El segundo plano secuencia, es todavía más largo y complejo. Un total de 379 segundos en los que Clive Owen atraviesa un campo de refugiados esquivando balas en busca de la madre y el niño. Se plano rodarla en dos semanas, la primera para la preparación y la segunda para la grabación,
Las cámaras se pusieron en marcha después de la preparación, a los 90 segundos, algo salió mal y tuvieron que dejarlo todo para el ultimo día de rodaje de la escena.
La cámara volvió a ponerse en marcha, en el momento en que Clive Owen entra en un destartalado autobús, unas gotas de sangre falsa disparada por error salpicaron la lente de la cámara, pero por diferentes razones no se paro de rodar. Lo que no sabían tanto Cuarón como Lubezki es que esas gotas crearían una estética hiperrealista, que era lo que se buscaba para recrear la violencia del momento.
0 Comentarios