Daniel Hernández-Salazar es uno de los primeros fotógrafos guatemaltecos que tiene claro de que la fotografía no solo es utilitaria para souvenirs personales o la publicidad, sino que es un lenguaje, una forma de narración y expresión. Su producción fotográfica, funde conceptos del fotoperiodismo y de la fotografía vista como arte.
Nacido en Guatemala en 1956, su interés por la fotografía se inicio en la niñez, para luego convertirse en una pasión cuando estudio arquitectura. Durante la guerra civil de Guatemala en los años 80, trabajo como reportero gráfico las agencias internacionales Agence France Presse, Reuters y Associated Press. Actualmente es fotógrafo independiente, centrando su interés en el retrato, el desnudo y la memoria histórica. Nunca dejo la práctica de la fotografía analógica tradicional y de revelado en cuarto oscuro y es de los únicos en Guatemala que aún practican y enseñan esta técnica. Al mismo tiempo domina las técnicas y equipos digitales.
Su trabajo ha sido presentado en más de 30 exposiciones individuales y más de 40 colectivas en Norte, Centro y Sur América, Europa, Japón y Corea. Por su labor artística en servicio de los Derechos Humanos, recibí en 1998 el Premio Humanitas Jonathan Mann de la Asociación Internacional de Médicos en el cuidado del SIDA, y fue nombrado Caballero y Oficial de la Orden de las Artes y las Letras por el Gobierno francés en 2005 y 2017. Su obra ha sido publicada en dos antologías personales por la editorial Kage Shobo, (Tokio, 2006) y de la Universidad de Texas (Austin, 2007). Además su trabajo ha sido presentado en publicaciones académicas, incluyendo el Blog del New York Times LENS, y las Revistas Harper’s entre otras. Desde 2012 Noviembre, su obra está incluida en la colección permanente del Museo del Holocausto y Derechos Humanos Kazerne Dossin en Mechelen, Bélgica.
Recientemente trabajo en el proyecto fotográfico que fue expuesto en febrero de 2016 en Guatemala, en 2017 en Quetzaltenango, y en 2018 en San Salvador. En la actualidad inspirado por la pandemia del Coronavirus, desarrollo la serie titulada Ciudad desierta, trabajo una nueva serie de paisaje y prosiguió su trabajo acerca del cuerpo y la memoria.
De manera paralela a desarrollado y coordinado otras actividades en el campo de la música. Dentro de estas destacan la realización y coordinación en diciembre de 1997 del concierto Cien campanas para la Paz conmemorando el primer aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz.
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